¿Cuántas veces has escuchado eso de que “no sé cómo puedo engordar si no como pan”? También habrás oído hablar sobre lo perjudicial que puede resultar tomar hidratos de carbono por la noche… pero ¿qué son realmente los hidratos de carbono?
Los hidratos de carbono son sustancias cuya función principal en nuestro organismo es la aportarnos la ENERGÍA necesaria para poder llevar a cabo todas y cada una de las actividades que realizamos a lo largo del día. Podemos asemejar los hidratos de carbono a nuestro organismo como la gasolina a los coches, por lo que sin ellos muchos procesos que se realizan en nuestro organismo no van a llegar a producirse.
¿Por qué entonces determinados pseudo-profesionales se empeñan en eliminar este grupo de alimentos de gran importancia? Estos individuos piensan que todos los hidratos de carbono son iguales, además de no tener en cuenta la cantidad. A continuación la explicación:
Como ocurre con la gasolina del coche, si tomamos más hidratos de carbono de los que realmente necesitamos (dependerá de nuestro GRADO DE ACTIVIDAD FÍSICA), éstos se acumularán en nuestro cuerpo hasta que volvamos a gastarlos. La forma más fácil y económica de hacerlo: transformándolos en grasa, esa grasa de la que ya hablamos en el artículo anterior y que será la que realmente determinará nuestro estado nutricional. Por ello, no debemos eliminar el consumo de este grupo de alimentos, sino modificar la cantidad de consumo en función a nuestro grado de actividad física: SI NOS MOVEMOS MÁS, TOMAREMOS MÁS, SI NOS MOVEMOS MENOS, DEBEMOS REDUCIR LA CANTIDAD.
Por otro lado, es importante aprender a diferenciar los distintos tipos de hidratos de carbono: simples y complejos. Mientras que los hidratos de carbono SIMPLES son aquellos contenidos en bollería, azúcares, comidas procesadas y refrescos, los hidratos de carbono COMPLEJOS son aquellos que podemos encontrar en alimentos como el pan, la pasta, el arroz o los cereales.
¿Dónde radica la diferencia entonces de tomar más un tipo de hidratos de carbono que otros?
Los hidratos de carbono simples, como su propio nombre indica, son los que son absorbidos rápidamente por nuestro intestino, podríamos decir “casi sin esfuerzo”, por ello, tomar este tipo de hidratos de carbono hará que sean rápidamente digeridos y de igual manera pasarán al torrente sanguíneo. Al haber gran cantidad y no necesitarse tanta de una vez, éstos pasan a almacenarse en forma de grasa.
Por el contrario, los hidratos de carbono complejos, necesitan un proceso previo de degradación en el intestino, por lo que pasarán progresivamente al torrente sanguíneo, evitando la llamada “subida de azúcar en sangre”, además de ir asimilándose poco a poco por el organismo y empleándose en los distintos procesos del mismo. Por ello, estos hidratos de carbono complejos son mucho más beneficiosos de cara a una pérdida de peso y de un adecuado estado de salud.
No debemos olvidar la importancia de tomar la VERSIÓN INTEGRAL de dicho grupo de alimentos: mismas calorías, mayor saciedad, menor estreñimiento y mayor protección frente a enfermedades como el cáncer de colon.